La vida no es un camino recto. A lo largo del trayecto se esconden decenas de desvíos, atajos, curvas y senderos. Todos nos obligan a permanecer atentos y reajustar siempre el rumbo cada vez que se pierde. Ahí entra en juego el XIIII Arcano Mayor de la baraja del tarot, conocido como La Templanza.