Sin lugar a dudas, el tejo es un árbol que no deja indiferente a nadie. Es posible que no lo conozcas, ya que cada vez se presta menos atención al estudio de la flora en la enseñanza reglada. Por eso, toma nota de este texto.
No solo vas a ponerte al día acerca de las características principales de este árbol, sino también de sus usos más simbólicos y espirituales.
Debido a su extraordinaria longevidad, es un árbol que produce una gran fascinación. De hecho, han sido diversos los pueblos que lo han adoptado como una especie de seña de identidad.
Lo han hecho siempre esperando que su influencia les proporcionara distintos beneficios. No te pierdas este artículo acerca de las condiciones mágicas de este fascinante elemento.
El tejo: un árbol milenario
El árbol de la vida y de la muerte
Por lo primero que destaca el tejo (texu para los asturianos, que lo veneran especialmente) es por tener una vida larguísima. Si no es perjudicado por las condiciones en las que crece, puede llegar a vivir más de medio siglo.
No es uno de los árboles de mayor altura. Suelen medir alrededor de quince metros, aunque los que más tiempo de vida alcanzan pueden llegar incluso a veinte. Sus hojas son perennes y de color verde oscuro.
Por tanto, puedes divisar y reconocerlos desde bastante lejos. Las especiales condiciones en las que crecen han hecho que no sea habitual encontrar tejedas. Es más normal localizar tejos que aparecen en solitario.
Para desarrollarse, requieren suelos calcáreos y lluvias abundantes. Y, con el cambio climático, cada vez es más complicado que se den los requisitos oportunos para su crecimiento óptimo. También hay acciones que, de la mano del hombre, dificultan su supervivencia.
Este problema ha sido comprendido por las autoridades del Principado de Asturias. Hoy en día, no se pueden desenraizar o talar. Cada uno de estos árboles es objeto de una importante protección.
Al final, el objetivo es mantener los más longevos, los cuales aún se conservan en distintas localidades de la región. Estos tienen más de seis siglos. Imagina no solo el tiempo que han visto pasar, sino también todos los acontecimientos históricos que se han producido durante su vida.
La existencia de los tejos se prolonga, sin exagerar, durante toda una era. No en vano, algunos de los que todavía están plantados en Asturias ya se encontraban en este territorio en la época de la conquista de América.
En resumidas cuentas (y como más o menos dice un refrán local), se trata de plantar uno de ellos para que te dé sombra cuando seas viejo.
Su significado mítico
Un árbol que ve transcurrir generaciones y generaciones no podía pasar desapercibido entre quienes convivían con él y escuchaban las historias de sus mayores. Por eso, no fue extraño que empezara a ser dotado de un halo de misterio y admiración.
Una de las consecuencias de esta ancestral veneración fue su plantación junto a las iglesias, los cementerios o las casas importantes de los pueblos. Su madera también era muy apreciada. Sobresalía por ser tan fuerte como elástica.
Has de saber que siempre han existido leyendas sobre los tejos. Unas historias que incidían en su naturaleza tanto curativa como venenosa. Respecto a esta última condición, no faltan quienes relacionan el nombre de esta planta con el origen griego de la palabra, el cual coincide con los conceptos de veneno y arco.
El caso es que la pervivencia de estos árboles los convirtió en símbolos para un gran número de comunidades. En consecuencia, no era raro que bajo su sombra se celebraran tanto las fiestas más populares como las asambleas para decidir la vida en común.
Se trataba de que la influencia de sus condiciones mágicas impregnaran las decisiones y los hechos de los pueblos. Para los astures, tenía ese significado de árbol sacro. Los hechiceros celtas, por su parte, aprovechaban su madera para elaborar los bastones que empleaban en sus rituales.
Pero no solo tenía ese simbolismo dentro de la península ibérica, sino que otros pueblos también pusieron en valor su antigüedad como una cualidad positiva. Por ejemplo, los druidas irlandeses consideraban que valía la pena mezclarlo en sus ceremonias. Pensaban que su influencia podía ser efectiva a la hora de contrarrestar los poderes que poseían las brujas y las hadas.
En esta línea de adoración del árbol sagrado, los cristianos tampoco rechazaron usarlo como parte de su explicación de fenómenos como la vida y la muerte. Más que para simbolizar la reencarnación, lo emplearon para plasmar sus ideas de resurrección y vida eterna.
En definitiva, el tejo es uno de los seres vivos que representa la vida y la muerte de una forma más efectiva. ¡Disfruta de su larga existencia!