¿Nunca has sentido la necesidad de soledad? ¿Lograr que todo el mundo te deje en paz y quedarte con la única compañía de tus sentimientos, pensamientos y emociones? En ocasiones es totalmente obligatorio delegar en otras personas. Hace falta tomar el merecido descanso del guerrero para reposar y recapacitar. Y ahí entra en juego El Ermitaño, el VIIII Arcano Mayor de la baraja del tarot.
Porque todos y cada uno de los seres humanos que tenemos la fortuna de horadar este mundo necesitamos nuestro pequeño hueco para ser nosotros mismos. Ese rato sin nada en particular que hacer, simplemente eso, ser, estar y habitar. Un momento para gozar de esa enorme sensación de libertad y paz que te provoca la falta de responsabilidades momentáneas. El saber que tu trabajo está hecho y ahora la soledad te abraza para darte el relax que tanto te has ganado.
La soledad de El Ermitaño
Después de toda experiencia, ya sea positiva o negativa, llega el momento de la reflexión profunda:
- Tras una decepción, mala experiencia o proyecto fallido, llega la hora de lamerse las heridas. Hemos de analizar qué salió mal, qué pudimos hacer mejor o en qué nos hemos equivocado. Para ello hace falta soledad, examen, conciencia, autocrítica y paciencia solitaria.
- Después de acabar un proyecto con éxito, también hemos de estudiar qué hemos hecho bien. Interiorizar el éxito, saber aceptarlo y mantener la actitud humilde. Es necesario digerir las nuevas experiencias y emociones una vez se van cumpliendo objetivos.
Es decir, que sea lo que fuere que sucede en nuestra vida, todos necesitamos un tiempo en soledad para recapacitar, interiorizar y adaptar nuestra mente a las nuevas situaciones. Y ahí es donde El Ermitaño juega un gran e importante papel.
El arte de El Ermitaño
Además, este Arcano Mayor es símbolo de creación. Si observamos la historia del mundo, vemos a poetas, escritores, amantes, arquitectos, pensadores, pintores, escultores, dibujantes… todos ellos han sufrido en silencio el proceso de dar a los demás grandes obras que surgen desde lo más profundo de sus emociones y creencias.
Tanto si somos seres muy creativos como si no, siempre llega un momento en la vida en la que nos hacemos más preguntas y reflexiones. Comenzamos a buscar nuevos caminos, a cuestionar lo que antaño creímos evidente. Necesitamos respuestas que han de surgir de la reflexión solitaria y del entendimiento de nuestro mundo y entorno.
El Ermitaño invertido es pura oscuridad
Sin embargo, las personas incapaces de reflexionar, aquellas introvertidas hasta la extenuación, que muestran la frialdad frente al resto del mundo y las conclusiones poco sopesadas, la estrechez de miras, igual que el perfeccionista sin humildad, el alienado y el incapaz de relacionarse debido al resentimiento… todo ello está relacionado con la aparición de este VIIII Arcano Mayor invertido en la tirada de tarot.
Por fortuna, siempre nos quedará ese perfil de persona dispuesta a ayudar de forma altruista y humilde, sin perjudicar a nadie, buscando la bondad y la voluntariedad… todo ello después de sopesados procesos de pensamientos solitarios que producen ideas humildes y generosas ante los demás. Así es El Ermitaño.