Tener un altar budista significa tener una zona acondicionada y única para realizar las ofrendas. Ya que tiene que ser un lugar totalmente dedicado a tu camino hacia el Despertar de la Conciencia. Hay tres elementos clave que debería tener tu altar budista y son: un altar, un asiento para meditar y una mesa.
La zona del altar debe incluir elementos sagrados y objetos que te ayuden a la inspiración y en la práctica. El altar debe tener un orden concreto y debes intentar que la zona esté limpia y purificada. Por último, hay que destacar que deberá estar en una zona más alta que tu cabeza mientras estés en una posición de rodillas.
Monta tu propio altar budista
¿Qué representan los objetos de un altar budista?
El altar budista debe incluir varios objetos que representen cuerpo, mente y la voz de un ser de luz. Todos ellos se pueden colocar en forma de foto o figura del Buda Shakyamuni. Además, se pueden añadir textos o stupa.
El mensaje que se incluya en el texto y el cual representa la voz del Buda puede estar escrito en cualquier idioma. Muchas fuentes recomiendan tener textos concretos y uno muy conocido es “Lam Rim Chenmo”, de Lama Tsongkhapa. La representación de la mente del Buda se hace a través de una stupa iluminativa. Estas son bastantes caras, pero el precio no determina la creencia, por lo tanto, no hace falta que sea especialmente costosa. La stupa estará colocada a la derecha de la imagen del Buda.
El orden de los elementos será el siguiente: el libro en la parte superior del altar budista, el Buda en el nivel medio y la stupa en la parte inferior. Si cuentas con un altar sin niveles, el orden sería este: de izquierda a derecha colocarás texto, Buda y stupa. Todo esto es así para que, a la hora de realizar la ofrenda en el altar, llegues a enfocar tu mente hacia las virtudes iluminativas del Buda.
¿Cuáles son las ofrendas en un altar budista?
La periodicidad de las ofrendas debe ser diaria, aunque el número de ofrendas al día es subjetivo. Tú decides las veces que quieres realizarlas. Lo que se suele ofrecer son objetos que beneficien los cinco sentidos: vista, oído, sabor, olfato y tacto. Una de las costumbres es realizar una ofrenda que consiste en ocho cuencos con agua, cada una con una función.
Un cuenco para beber, otro para lavarse los pies, otro con flores, uno más con incienso, un quinto con luz, otro con perfume, un séptimo con comida y, para finalizar, uno con música. A veces, si realizas plegarias con tu voz o se manejan instrumentos musicales, no es necesario colocar un cuenco con música.
Debes tener claras varias condiciones que deben tener los cuencos.
- Tienen que estar limpios y con una buena presentación. Que no sean cuencos desgastados, viejos o sucios.
- La comida que se ofrece debe ser preparada para ese momento y nunca comida sobrante de otro día.
- En los cuencos no debe haber más espacio vacío que el que queda en uno de ellos cuando vas a comer. Si tienes cuencos muy grandes, es mejor que adquieras cuencos más pequeños para que te sea más fácil llenarlos.
Cuando preparas las ofrendas, debes tratar de no respirar encima de ellas, por lo que será recomendable taparte la boca con una cata.
¿Cómo colocar las ofrendas en un altar budista?
Para hacer una ofrenda correcta debes sacar tu bodhichitta, es decir, el conocimiento de tu verdadera condición, pegar las manos y cantar: “OM AH HUM” tres veces y pensar que la ofrenda es recibida. Mediante la meditación imagina que tus pensamientos son recogidos por todos los elementos del altar. Sentirás una gran sensación de felicidad y de cumplimiento.
¿Cómo retirar la ofrenda de un altar budista?
Este paso se realiza en las últimas horas del día. Hay que vaciarlos, secarlos con un trapo limpio y guardarlos en el armario de manera que queden boca abajo. Nunca y bajo ningún concepto se te pueden olvidar los cuencos sobre el altar, y menos boca arriba. La retirada de cada ofrenda debe tener un fin propio de las energías creadas en la meditación. Es decir, el agua de los cuencos debe ser ofrecida a tierras y plantas cuyo suelo no debe ser pisado.
Las flores deben ser depositadas en alguna zona limpia, que puede estar cercana al suelo donde se ha echado el agua. Por último, los cuencos con comida pueden quedarse varios días en el altar o bien ser ingeridos.
Todos estos pasos forman parte de un proceso más grande y purificador. y por eso debes realizarlos con respeto, con orden y con sabiduría. De esta manera, el resultado con tu altar budista será mucho mayor y tu ser estará mucho más completo y purificado. Tus días estarán iluminados y tus obstáculos diarios serán retirados por una actitud limpia y positiva.