En muchos lugares de la Península Ibérica, sobre todo en Galicia y la zona del Mediterráneo, se cultiva una planta amarilla cuyo aceite (el aceite de San Juan) es conocido por sus propiedades contra cierto tipo de malignidades, como pueden ser la magia negra o el mal de ojo. Hablamos de la hierba de San Juan, una planta primaveral, que comienza a florecer en mayo para alcanzar su cénit en junio, durante la famosa fiesta que lleva su nombre (San Juan).
Dice la leyenda que las semillas de esta hierba procedían de las mismas lágrimas que San Juan derramó cuando le decapitaron, de ahí el enorme poder sanatorio que tiene su aceite, que se obtiene al estrujar las hojas de la flor. Es curioso, porque el líquido que sale es de color cobrizo, similar a la sangre. Pero las cualidades del aceite de San Juan van más allá de la protección, ya que también se les reconoce propiedades medicinales.
Usos para el aceite de San Juan
Una receta para obtener aceite de San Juan es macerar unas cuantas plantas (solo las hojas, no el tallo) en aceite de oliva virgen durante, aproximadamente 45 días. Deja la mezcla en un lugar oscuro y seco, el resultado será tener un potente cicatrizante que también será muy útil en otras afecciones de la piel, como los eccemas. Asimismo, también se le conocen propiedades antidepresivas. Eso sí, antes de usarlo, consulta siempre con un médico.
Con respecto a los malos espíritus, esta hierba tiene la propiedad de ahuyentar a los fantasmas que intentan dañar a alguien o quieren hacerse con la propiedad de los lugares, como una casa, para sembrar el mal en ella. Si llevas una ramita de la planta en el bolsillo o en la solapa, esta tiene la capacidad de protegerte frente al mal de ojo. De esta manera, evitas que la hechicería oscura te llegue.
¿Cómo es la planta de San Juan?
La planta de San Juan es muy tierna y delicada. Se caracteriza, sobre todo, por tener pequeñas hojas de color amarillo y un enorme tallo verde. Se dice que este color tan característico está provocado por su capacidad de absorber el sol, por lo que, para conseguir que la flor mantenga todo su poder, aconsejamos recolectarlas por la noche, ya que les ha dado tiempo de absorber la luz del sol de todo el día.
Antiguamente, la planta de San Juan era conocida como la «espanta demonios» por sus capacidades de expulsar la maldad de las viviendas. Así, la gente que creía que su casa estaba maldita, tenía que quemar cierta cantidad de esta planta dentro para que los malos espíritus abandonaran el lugar. Pero, más allá de esto, también tenía una función de protección, siempre que se colocaran en las ventanas, evitando así que los hechizos y las maldiciones de magos y brujas no pudieran alcanzar a sus moradores.
Aparte de estos temas espirituales, el aceite de San Juan es utilizado para atraer el amor y curar la depresión, como hemos mencionado antes. ¿Cómo preparar este hechizo? Simplemente, derrama unas gotas sobre un recipiente con agua y ponlo en la ventana durante toda la noche. A la mañana siguiente tienes que lavarte el rostro con esa misma agua, para purificarte y protegerte frente a enfermedades físicas y de la mente. Se dice que el aroma de este aceite, en contacto con la piel humana, atrae a la persona con la que estés destinada a acabar.
También conocida como hipérico, otro de sus hechizos consiste en quemar sus semillas, ya que el humo que emana es capaz de ahuyentar a los fantasmas y las larvas, que son las que provocan el ruido de las casas encantadas. A nivel físico, se puede crear un bálsamo con el aceite para curar cicatrices y aliviar el dolor de las quemaduras. Además, se ha demostrado su eficacia en el sistema nervioso. De hecho, utilizarlo durante unos meses de forma diaria contribuye a la reparación del mismo. Y, además, no acumula toxinas en la sangre, a diferencia de los medicamentos similares.
Aunque su recolección se hace en junio, esta planta florece en mayo y pinta el campo en el que se encuentre de un bonito manto amarillo. Curiosamente, durante todo el invierno la flor se esconde bajo tierra, con el tallo totalmente en horizontal y reservando toda la energía para la primavera. Cuenta la leyenda que el tiempo primaveral le anima a salir y florecer con toda la intensidad de la que es capaz. Este comportamiento es sinónimo de otra propiedad especial: la capacidad de aumentar la autoestima.
Y si la planta tiene todas estas buenas propiedades, el aceite lo que hace es condensarlas y potenciarlas, actuando como un importante escudo contra toda la magia negra y la negatividad que ciertas personas quieren enviar a otros.